Canta el sapo enamorado, canta encantado. Príncipe no es, por desgracia nunca lo será. No heredara fortuna alguna, ni lujosos telares revistira. Mas batallas a muerte librara y su cuerpecito frágil lastimado sufrirá; pero su corazón con temple de acero honrado será; por su amor que es genuino, por su amor que es divino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario