ITALIA DESNUDA
El soñó con ella; ella se mostraba siempre sensible,
orgullosa, superlativamente bella, cual Ángel que pulula terrenal disfrazados
de mujer.
Ella Podía pues llegarlo al cielo y traerlo
estrepitosamente de vuelta a la tierra, todo eso y mucho más; Y es que a aquel
hombre le fascina La absoluta simplicidad con la que lo seducía.
Sacudido siempre el, por un voraz deseo Complaciente con
esa pasión efervescente, que desbordante besa el suelo como regocijándose.
Ella Inspirándolo en el ocultismo de sus histriónicas
creaciones, contorsionándose en la
inquietud de su alma, lograba el éxtasis que rosaba lo divino.
¡Pues Musa era ella!, la Dueña absoluta de su perfecta libertad creativa.
Ella Diosa desnuda; él, el noble artista que dibujose
perfecta su carne de mujer con algunas diestras pinceladas.
Las mismas que plasmadas allí reflejaban su cuerpo delicado
de entusiasmo ardiente;
¡Desmesurada fogosidad!
De esa su irrefrenable y abrupta tentativa, que despiertan
los instintos que embriagan y embelesan, encanta y seduce, que elevan y
crean. Y vuelven aquel hombre el intérprete de tan indescriptible arte.
S.C.R