jueves, 28 de agosto de 2014

Robín Williams




                                                          A SU MENORÍA

Todos estamos en este mundo para cumplir una misión;  cuando nos damos a echar de menos, nos volvemos instrumentos útiles de ayuda al prójimo, o simplemente cuando arrancamos una sonrisa a alguien, ese simple hecho hace ya de nuestra existencia un verdadero y valioso propósito, ¡solo nos falta siempre hacer más de estas mejores cosas…¡claro!

Así también, por ejemplo los hombres con grandes dotes artísticos son también quienes marcan una trascendental imagen en nuestras vidas, dándonos alegrías, llevándonos a experimentar la sensación de admiración y pasión, por lo que son o por su trabajo, ¡grandes en verdad!

Trabajar para dar alegría es un labor por demás decirlo fascinante, nadie más pudo hacerlo, tan bien como el divertidísimo “Robín Williams” multifacético además, de dúctil e histriónica personalidad actoral, ¡Todo un genio en verdad!
Cuesta saber que ya no podrá seguir brindándonos su genialidad; porque seamos sinceros, en muchos de los casos el actor hace la película, esto aplica para los de renombre, ¡claro!; y el nombre de nuestro estimadísimo genio es grande.

Muchos dicen que el verdaderamente genio no es capaz de caer en el inexorable mundo de los vicios y el desequilibrio, ¡y si! Tienen razón; el detalle es que todos somos seres humanos con cierta cantidad de defectos y virtudes, a merced de las fuerzas externas que menguan nuestra integridad; los artistas pasan gran parte de su vida tratando de ganar lo que ellos llaman el respeto de los demás, y estos “los demás” llegan a amar lo que los genios hacen, inclusive tratan de descifrar la forma en la que lo hacen; ¿ pero puede una persona con tanto hasta aquí, poder dominar su propio respeto, poder respetarse, valorarse, darse su lugar y no caer en la cruel tentación, que no es más que un espejismo que te lleva al borde de la cornisa, ¡alucinación total¡ ? …

Se dice que el genio es bueno en una cosa pero malo en otra, a todos nos interesa saber que es lo bueno que nos puede ofrecer y casi y sin pensarlo siquiera dejamos de ver que está más allá de lo bueno del artista, ¡pues claro somos cruelmente indiferentes! Ignoramos por completo la otra faceta, quizá y si quisieran saber cómo hace tan bien su trabajo deberíamos entender que lo impulsa, a que se sobrepone, contra que lucha día a día, y aun a pesar de todo ello nos cautiva, nos embelesa, nos apasiona; solo en ese momento nos daremos cuenta de la real fortaleza que debe tener un genio para ser lo que es.

Robín Williams, dejo huella, ese fue su propósito, ya nadie olvidara el gran trabajo de este genio. 


                                                                                                                                                   S.C.R